Publicado el 18 de noviembre de 2021
En la Antártida hay una isla llamada Isla Decepción.
Y es una isla muy turística. De hecho, la visitan 15.000 personas cada año.
Tiene forma de anillo, como el tesoro de Gollum.
Aunque algunos dicen que tiene forma de arroba @.
Si lees los comentarios de Google sobre esta isla, verás que allí vive el Kraken y muchos pingüinos.
Pero además de turistas que buscan adoptar un pingüino, van muchos científicos a hacer investigación.
Y resulta que cuando comenzó el covid-19, hubo una escasez de científicos para ir a la isla.
Así que faltaban humanos.
Y a los pocos científicos que fueron, se les ocurrió una idea…
Llevar drones para lograr los objetivos científicos.
O sea, máquinas para reemplazar humanos.
¿Y funcionó? ¿Se congelaron los drones?
¿Qué opinaron los pingüinos?
Primero que nada, definieron los objetivos:
- hacer mapas temáticos
- identificar musgos ancestrales
- identificar algas rojas sobre la nieve
- mapear lagunas con algas verdes
Para esto usaron drones con cámaras normales (RGB) y cámaras multiespectrales.
Además hicieron una fotogrametría 3D de una formación rocosa llamada Murature.
Y también usaron cámaras térmicas para la detección de animales y de anomalías térmicas.
¿Los resultados?
Según los científicos los resultados fueron increíbles.
Tanto así, que los publicaron en la revista Scientific Reports.
El artículo se llama «Applications of unmanned aerial vehicles in Antarctic environmental research».
Con los drones el proceso fue:
- más eficiente
- más seguro
- abarcaron más superficie
- y aumentó la precisión
Además hubo menos intrusión para la flora y fauna.
Así que todos están felices, incluyendo a los pingüinos.
Así que sí.
Los mapas hechos con drones tienen mucho que aportar a las investigaciones científicas.
Y en la Membresía Crea y Escala puedes aprender a hacer estos mapas digitales.