Publicado el 27 de enero de 2022
La universidad EPFL queda en Suiza.
Y es líder en Europa en ciencia y tecnología.
Pero tienen un problema: las palomas.
Las palomas se estacionan justo arriba del techo del Centro de Convenciones del EPFL.
De hecho, es un misterio de por qué a las palomas les gusta tanto ese edificio.
Pero allí están, tomando sol, como si estuvieran en la playa.
El problema es que cubren con excremento tooodo el edificio.
Así que un equipo de investigación de allí se puso manos a la obra, e hizo lo siguiente.
Primero instalaron una cámara de video en el techo del edificio de las palomas.
Esa cámara estuvo grabando a las palomas durante 21 días, como si fuera un Reality Show.
Lo que querían hacer, era medir el tiempo que pasaba cada paloma estacionada en el techo.
Para ello conectaron la cámara a un computador.
Y en el computador había un algoritmo basado en redes neuronales que analizaba el video.
De esta forma, el algoritmo detectaba cuántas palomas habían y dónde estaban. Hasta estimaba las coordenadas de la posición de las palomas.
Cecil, háblame de drones, no de palomas.
Ok, ok.
Cuando terminaron los 21 días, agregaron un drone al sistema.
Un drone Parrot Anafi.
Y durante los siguientes 5 días, pasó lo siguiente.
Cada vez que la cámara veía palomas en el techo, transmitía la ubicación de las palomas al drone.
Entonces, el drone despegaba y volaba de forma programada a la zona y quedaba flotando allí, ahuyentando a las palomas.
Durante esos 5 días, el drone despegó 55 veces y este fue el resultado.
Se redujo significativamente la cantidad de tiempo que las palomas permanecieron en el techo.
Todo esto lo documentaron en un artículo que publicaron en una revista científica.
Puedes buscar el artículo como “Autonomous Detection and Deterrence of Pigeons on Buildings by Drones”, para leerlo.
Y si lo buscas en Youtube, encontrarás un video explicativo.
Literalmente es un drone espanta-pájaros.
Otra forma de verlo, es el modelo de negocio que hay detrás de este sistema.
Solo imagina todas las situaciones en el mundo, donde la presencia de aves puede ser dañina para ellas mismas.
Te cuento un caso.
Hace unos meses, fui a una minera por un proyecto de mapas con drones.
Y allí tenían unas piscinas al aire libre que contenían agua y ácido.
El problema, es que algunas veces, bajaban unos pájaros a tomar agua.
Agua de la piscina.
Se pasaban por alto el letrero de peligro.
Los pájaros tenían sed y tomaban agua con ácido.
Para evitar esto, habían instalado unos parlantes que emitían un sonido de ave depredadora, para así ahuyentar a las aves con sed.
El problema es que no siempre funcionaba.
Aquí ya hay un cliente.
Ahora, si has leído hasta aquí, te has ganado un chisme.
Mira.
¿Por qué usaron un drone de la empresa Parrot y no un drone DJI?
No lo sé.
Así que he creado un chisme que puedes difundir por allí.
Resulta que la empresa Parrot compró a la empresa SenseFly en el año 2012.
SenseFly es la empresa de drones de ala fija, los eBee.
Y adivina en dónde nació SenseFly.
Sí, en la universidad EPFL, en Suiza.
Así que allí además de palomas, debe estar llena de Parrot en los laboratorios.
¿Sabes quién más nació en el EPFL?
Así es, la mismísima Pix4D.
Así que todo queda en familia.
Por cierto, ya puedes escuchar el episodio 14 del podcast de mapas con drones.
Esta semana tuvimos a un invitado especial quién nos habló de Topografía con Drones.
No te imaginas todo lo que vas a aprender con esta entrevista.