Publicado el 20 de septiembre 2021
En el año 2013 leí un estudio de drones, que mostraba cómo iba a crecer la industria de los drones durante los siguientes 10 años.
El estudio fue realizado por una organización de vehículos no tripulados, llamada AUVSI.
Este estudio tenía información muy interesante, pero había un gráfico en particular que era muy sugerente.
Este gráfico clasificaba en 3 tendencias, aquellas áreas donde los drones iban a tener un gran impacto:
- Agricultura (80%)
- Seguridad Pública (10%)
- Otras (10%)
Que la agricultura tuviese un 80% del uso de drones en el futuro era impresionante.
Y si volvemos a esa época, tiene mucho sentido.
Las razones claves
Primero, los cultivos agrícolas están ubicados en zonas rurales con muy poca densidad de personas.
Esto significaba que habían pocos obstáculos para volar drones, como edificios por ejemplo.
Y dado que había poca densidad de personas, el riesgo de que un drone cayera de forma descontrolada sobre un humano comiendo helado, era mínimo.
Estamos hablando de una época donde muy pocos países habían publicado sus regulaciones para el uso de drones.
La Era Oscura de los drones sin ley.
Y una segunda razón, era que la probabilidad de fiscalización en los campos agrícolas privados, era casi nula.
Con este escenario para la industria agrícola, se quitaban muchas restricciones y riesgos de vuelo para el uso de drones.
Dado lo anterior, en esa época se iniciaron muchos nuevos negocios cuyo segmento de cliente era la agricultura.
Y la gran pregunta era, ¿qué valor agregaban los drones a la agricultura?
Y esta respuesta se remonta al año 1972.
Los 2 científicos y la correlación perdida
La NASA acaba de lanzar un satélite llamado Landsat 1, el cual tenía una cámara multiespectral.
Entonces la NASA comenzó a financiar investigaciones para determinar la utilidad de la percepción remota en la Tierra.
De esa forma le darían uso a la cámara multiespectral del satélite Landsat 1.
En una de estas investigaciones, participaron 2 científicos quienes querían determinar cómo cambiaba la vegetación entre primavera y otoño en las grandes llanuras del centro de Estados Unidos.
Ellos querían encontrar una correlación a partir de las bandas espectrales de estas imágenes satelitales.
Y cómo no encontraban una solución simple, pidieron ayuda.
El matemático satelital
Pidieron ayuda a un matemático.
Finalmente, entre los 2 científicos y el matemático encontraron la correlación que estaban buscando.
Se trataban de índices de vegetación con el cual podían clasificar las diferentes superficies de la tierra.
Y uno de estos índices de vegetación, terminaría siendo muy famoso: el índice NDVI.
El primer paper del Índice NDVI provino de esta investigación que fue publicada en el año 1973 en la Universidad de Texas.
¿Para qué sirve?
Para conocer qué zonas de los cultivos agrícolas tenían una mejor salud y cuáles tenían una peor salud.
Y esto era oro puro para las personas que hacían la gestión y tomaban decisiones en los cultivos agrícolas.
Los drones entran en acción
Ahora, imagina que la cámara multiespectral ya no está a 700 kilómetros de altura, sino que está a 120 metros de altura.
Lo que consigues es una resolución altísima del cultivo agrícola, y por tanto la toma de decisiones se vuelve mucho más eficiente.
Y la gran beneficiada fue la agricultura de precisión.
Para descubrir el poder de los índices de vegetación, aquí puedes leer «el ejemplo de las 100 hectáreas«.