Publicado el 1° de junio de 2022
En el año 2018 cayó un rayo en la región del río Gell en Tasmania.
Esto fue el comienzo de una devastadora temporada de incendios forestales.
Fueron tan grandes estos incendios, que arrasaron con 210.000 hectáreas y evacuaron a cientos de personas.
Fue un desastre, pero aún hay más.
Entre los problemas que generaron estos incendios, estaba el siguiente:
El 6% del área quemada correspondía al patrimonio mundial de Tierras Silvestres de Tasmania.
Se sabía que allí vivían especies de árboles antiguas y muy raras.
El problema, es que no se sabía en qué lugares se encontraban estos árboles ancestrales.
Por lo tanto, aparece una gran pregunta.
Imagina que hay un árbol antiguo y muy raro en medio de un bosque, pero no sabemos donde está localizado.
Entonces, si este árbol se quema, ¿Cómo nos daríamos cuenta?
Es como la famosa frase de hace 2 siglos:
«Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?».
Aquí es donde entra Jayne Balmer, quien es investigadora de Recursos Naturales y Medio Ambiente en Tasmania.
¿Su objetivo?
Hacer un mapeo preciso de las especies de árboles más antiguas y vulnerables de Tasmania.
Y uno de los árboles que desean mapear es el pino Huon.
Estamos hablando de árboles de hasta 3.000 años de antigüedad y que evolucionaron desde hace 68 millones de años.
O sea, un dinosaurio pudo haber pasado por el costado de uno de los primeros pinos Huon de la prehistoria.
Así que sí: debemos mapear a estos árboles ancestrales, para así poder cuidarlos.
El mapeo de estos pinos comenzó con humanos a pie en el año 1990. O sea, es un proceso lento. Un proceso humano.
Luego se comenzó a usar la interpretación de imágenes tomadas desde aviones, aunque es complicado distinguir este árbol desde tan alto.
Y ahora, la investigadora Balmer se acercó al profesor Arko Lucieer de la Universidad de Tasmania.
¿Para qué?
Para capturar imágenes hiperespectrales con drones.
Para esto, se usan unas cámaras especiales que capturan luz en muchas bandas espectrales.
Y con estos datos, lograron identificar la firma espectral del pino Huon.
O sea, lograron obtener la huella digital de este árbol ancestral.
Con esto avanzaron al segundo paso: crear un algoritmo para analizar cada pixel de las imágenes hiperespectrales.
O sea, un algoritmo para identificar de forma automática un pino Huon a partir de las imágenes capturadas con drones.
Y el siguiente paso es escalar esta solución, para mapear a todos los árboles pino Huon de Tasmania.
Así que esta es una buena noticia para los árboles ancestrales de Tasmania que convivieron con los dinosaurios.
Así que tenemos otro ejemplo de cómo la captura, procesamiento y análisis de imágenes con drones está ayudando al planeta.
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