Publicado el 31 de octubre de 2022
Así es. Había olor a huevo podrido.
Y no era la primera vez.
Así que una escuela de secundaria, algunos vecinos y restoranes de un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Guangdong, en China, se pusieron de acuerdo y reclamaron.
Había olor a huevo podrido, le dijeron a las autoridades.
Y así las autoridades chinas se pusieron manos a la obra.
Resulta que cerca del centro del pueblo, hay un parque industrial donde habían 19 fábricas.
Y dicho lugar era el sospechoso número 1.
¿Pero cual de las 19 fábricas era el culpable?
Este era el desafío que había que resolver.
Lo primero que hicieron las autoridades, fue ir puerta a puerta por las fábricas.
Pero no lograron localizar la fuente.
Digamos que la inspección manual no era muy eficiente: 4 personas caminando por todo el parque industrial y al menos 30 minutos para inspeccionar cada fábrica.
También están los puntos ciegos: lozalizaciones donde los humanos no pueden llegar.
¿Y realizar una inspección humana de noche?
Descartado.
Así que iniciaron el Plan B. Un plan que incluía drones.
Ya sabes, se juntaron 4 de las 8 condiciones ideales cuando el uso de drones es más eficiente:
- lugares no accesibles
- lugares peligrosos para humanos
- necesidad de realizar una medición
- monitoreo de una zona espacial
Para esto, usaron el drone más robusto del mercado.
Si tuvieras que llevarte un solo drone a una isla desierta, ¿Cuál drone sería?
Pues ese mismo drone usaron:
- autonomía de 55 minutos
- resistencia al viento de nivel 7
- protección IP45
- puede llevar una carga de hasta 2,7 kilogramos
- capaz de aterrizar con un motor menos
- y la lluvia le hace cosquillas
Así es, usaron el DJI Matrice 300 RTK.
¿Y para medir la calidad del aire?
Pues usaron el Sniffer4D, de la empresa Soarability.
Este sensor es capaz de detectar 9 tipos de concentraciones de gases y partículas.
Y estaba acompañado del software Sniffer4DMapper: el cual va generando un mapa en tiempo real con las mediciones de la calidad del aire.
Así comenzó Plan B.
Primero hicieron un mapa del parque industrial, para individualizar las fábricas y crear las rutas de vuelo de medición de gases.
Luego comenzaron las mediciones de monitoreo a diferentes alturas.
Trabajaron durante día, tarde y noche.
¿Por qué de noche?
Me hice la misma pregunta.
Resulta que algunas fábricas, de forma intencionada generan gases tóxicos durante la noche, porque las inspecciones las hacen de día.
Así no los pillan.
Adivina cuál fue el resultado.
Localizaron el lugar exacto donde se generaba una alta concentración de dióxido de azufre (SO2).
O en otras palabras, encontraron el origen del olor a huevo podrido.
¿Conclusión? Ahora el parque industrial tiene 18 fábricas.
Si quieres escuchar el episodio del podcast donde hablamos de este sensor de gases, aquí lo tienes en Spotify.
Y si quieres conocer más sobre este sensor, puedes ir a soarability.tech/index_en
Nos vemos!