Publicado el 1° de septiembre de 2021
En el año 2015 me invitaron a participar en un proyecto de delivery con drones.
La idea era simple.
Compras ALGO por Internet y en 30 minutos llega un drone a tu casa con ese ALGO.
En un momento te cuento cómo terminó este proyecto.
Primero te contaré del prototipo que realizamos.
El prototipo
Un amigo desarrolló un sistema electrónico para dejar caer ALGO desde el drone.
Y lo configuramos para que funcionara con un botón desde el control remoto del drone.
Entonces, si el drone estaba en el aire y se presionaba un botón del control remoto, el paquete caía a tierra.
Luego fuimos a una cancha de fútbol y grabamos un video de 1 minuto.
La historia del video era así.
Escena 1: Una persona tenía un dolor de cabeza y quería remediarlo.
Escena 2: Entonces sacaba su teléfono, abría una app y compraba un analgésico en la farmacia.
Escena 3: Elegía la opción de entrega con drone.
Escena 4: Entonces llegaba un drone que descendía a 10 metros de altura y dejaba caer el remedio.
Escena 5: La persona quedaba feliz y sin dolor de cabeza.
Era algo muy simple y funcionaba bien.
El final del proyecto
La idea era postular este proyecto para conseguir un financiamiento de $25 mil dólares.
Con esto se podría desarrollar la primera versión del servicio.
Así que escribimos el proyecto, agregamos el video de 1 minuto y postulamos.
La espera
Luego había que esperar la respuesta por 3 meses.
Hasta que finalmente publicaron la lista de los proyectos ganadores.
Y no aparecíamos en la lista.
No ganamos el financiamiento.
La causa
Y sin financiamiento, no desarrollamos este proyecto.
¿Por qué lo rechazaron?
No lo sé. Exploremos.
Quizás a la persona que evaluó el proyecto no le gustaban los drones.
O tal vez encontró que era algo muy futurista para el año 2015.
O quizá imaginó cómo un drone perdía el control y caía de forma descontrolada en la cabeza de una persona que estaba en la calle comiendo helado.
(Cada vez que como helado en la calle, miro al cielo).
Misiones programadas
Aunque lo más terrenal, era que el modelo de negocio no era viable en el año 2015.
¿Por qué?
Porque un servicio de entrega con drones, funciona con misiones programadas.
O sea, el drone no lo maneja un humano.
(Puedes aprender sobre los 4 modos de funcionamiento en el curso de introducción a los drones).
El problema no es técnico, sino que es un problema de regulación.
En el año 2015, en Chile, la regulación exigía que hubiese un humano manejando y mirando el drone, y no lo podía perder de vista.
De hecho, 6 años después, sigue vigente esta restricción.
Y esto mismo sucede en la mayoría de los países.
Lo mejor, aún no te lo he contado.
Ahora que ya sabes el final de este proyecto, ya estás preparado para escuchar la próxima historia.